martes, 21 de marzo de 2017

Dibujamos las emociones.


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¿CÓMO TRABAJAR LAS EMOCIONES A TRAVÉS DEL DIBUJO?


En varios de nuestros artículos hemos venido mencionando los beneficios que el dibujo tiene para los niños en cuanto a expresar y canalizar sus emociones.
Sin duda, la expresión a través del dibujo es un recurso al alcance de nuestra mano para poder trabajar las emociones de los niños, sobre todo en aquellas etapas en las que el lenguaje emocional aun no está totalmente desarrollado.

La mayoría de veces, el trabajo que se nos plantea es a través del reconocimiento de caras con los pictogramas. Así, cada expresión facial se corresponde con un tipo de emoción: la contenta alegría, la de ceño fruncido con la enfadada, etc. Otra manera es a través de los cuentos, donde el niño se identifica a través de algún personaje y reconoce en él sus propias emociones.
En este tipo de ejercicios partimos de un trabajo emocional del exterior hacia el interior. Sin embargo, la expresión libre a través del dibujo nos permite conectar con la emoción que está sintiendo el niño para luego poderla acompañar. Vendrían a ser formas complementarias de trabajar las emociones.

El primer paso es la identificación

En el dibujo todo nos revela cuestiones sobre la personalidad del pequeño y su estado de ánimo, pero hay tres aspectos que nos proporcionan información de forma clara e inequívoca sobre el estado emocional del niño: la presión de los trazos, su forma y el color con el que se realizan.
  • La presión nos indica la descarga energética que realiza en el contacto con la realidad, la intensidad con la que vive las circunstancias que se le presentan.
  • La forma viene a ser la manera en cómo actúa ante las diferentes situaciones que se encuentra
  • El color expresa el sentimiento que acompaña a cada una de las acciones que hace.
Teniendo en cuenta esto podemos aproximarnos con acierto a las emociones que el niño está experimentando. Así por ejemplo, si el pequeño hace un gesto muy presionado, con formas angulosas en color rojo, claramente sabremos que está experimentando agresividad, y si utiliza colores vivos con movimientos pausadas y formas armónicas, se sentirá en armonía y equilibrio con su entorno.
A partir de estos datos será mucho más fácil acompañar a nuestro hijo en sus emociones, porque ya no solo contamos con la observación de la conducta o de lo que nos explica, sino que podremos obtener valiosa información de sus dibujos.

Trabajar las emociones a través del dibujo

Recientemente he podido leer un interesante artículo donde se comentaban las conclusiones de un estudio realizado sobre el dibujo y la regulación de las emociones en los niños. Las autoras, basándose en esta idea del dibujo como medio para mejorar los estados negativos, concluyen que es su poder distractor el que permite que esos estados mejoren.
Estas investigadoras encargaron tres tareas distintas a los diferentes grupos de niños de 6 a 12 años de edad: la representación del acontecimiento negativo, la elaboración de un dibujo con un tema que les distrajera y la copia de dibujos.
Comparación tres tareas
En los resultados se aprecia claramente que lo mejor es elaborar dibujos de un tema que distraiga su atención (columnas en rojo) y no esté relacionado con la cuestión que les preocupa.
Sin embargo puntualizan sobre el hecho de que sus conclusiones son válidas para trabajar las emociones a corto plazo y que en contextos donde se deban trabajar las emociones de una forma terapéutica los dibujos sobre el hecho en cuestión sí son un recurso para elaborar el conflicto que ha desencadenado las emociones negativas.
Así pues, por un lado tenemos la alternativa de trabajar las emociones a través de dibujos que distraigan la atención del niño, como pueden ser el dibujo libre sobre cualquier tema o los mandalas, y para cuestiones más profundas utilizando el dibujo enfocado en la cuestión conflictiva.
En cualquier caso, el dibujo es un medio único de expresión de las emociones y una oportunidad para que el niño deje salir sus sentimientos de forma libre y positiva, mejorando así su estado de ánimo.
Desde aquí os animo a que siempre que el niño lo requiera y sea posible, facilitéis las condiciones para que se puedan expresar a través del dibujo, ya que no solo será bueno para el pequeño sino que a los adultos nos servirá como herramienta para comprender y acompañar mejor a nuestro pequeño.
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