MI VIDA CON MI ABUELO
Me llamo Sara y hoy
quiero compartir con vosotros una historia en la que solo estamos mi abuelo y
yo.
Mi abuelo es ya bastante
mayor. Su cara llena de arrugas así lo demuestra.. Son esas arrugas las que me
hicieron preguntarle un día.
-Abuelo- ¿Porqué tienes
tantas arrugas en la cara?
Él me miró sonriente y
me contestó –Las arrugas son las cicatrices que demuestran que hemos vivido
mucho tiempo.
-Esta arruga que tengo
en la frente me salió de tanto como me extrañaban las cosas que me iban
sucediendo en la vida. Unas buenas y otras no tanto.
-Abuelo- ¿y estas que
tienes en los ojos?
-Estas me salieron de
tanto forzar la vista cuando no tenía dinero para comprarme unas gafas. ¡Bueno
y por otras cosas! Je, je, je
-Abuelo- ¿y estas que tienes
en las mejillas?
-Quizás fueron
ocasionadas por tantas lágrimas que salieron de mis ojos y buscaron cauces por
los que discurrir. Aunque quiero que sepas que no siempre fueron de penas que
también de alegría se llora.
-Abuelo mamá usa crema
para las arrugas. ¿Quieres que te la traiga?
Mi abuelo sonrió y me
pareció que tenía muchas más arrugas.
Al ver mi cara
compungida mi abuelo me besó y dándome un fuerte abrazo, me dijo.
-Estoy muy orgulloso de
todas y cada una de las arrugas que surcan por mi cara… pero no me sobra ni una
sola. Ellas demuestran lo que he vivido. ¡Ay de aquel que no llegue a tener
arrugas! Seguro es que no ha llegado a viejo y por lo tanto no habrá pasado las
etapas que todo ser humano debe vivir. Nacer… vivir largo tiempo…tener descendencia
y personillas como tú… que tanto me quieren y tanto alegran mi vida.
Miré a mi abuelo como si
fuese la primera vez que lo veía… su cara era hermosa. Creo que lo bueno sería
que por dentro aunque también tenga arrugas, estas sean debidas al lógico
transcurrir del tiempo.
Él pareció comprender lo
que estaba pensando y me dijo:
-Querida Sara tengo la
obligación de cuidarme para poder estar a tu lado todo el tiempo que pueda y
serte útil y permitirme que te de los consejos que solo la edad y la experiencia hacen que en algunas
ocasiones seamos necesarios.
Miré a mi abuelo lo besé
y lo abracé muy fuerte ese día comprendí que mi abuelo era una parte muy
importante de mi vida.